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selective focus photography of boy wearing black Batman cape

EL MÉTODO – PARTE 7 👉 Luz, cámara y acción

Comenzamos…

Esta parte de la metodología que seguimos con Gael para que supere su mutismo selectivo la hemos denominado “Luz, cámara y acción” y os explicamos por qué. Como hemos mencionado en post anteriores, el confinamiento por la pandemia del Covid-19, no solamente no ha perjudicado a nuestro peque en su tratamiento por el MS, sino que, por el contrario, lo ha ayudado mucho a avanzar, principalmente con el tema de los vídeo mensajes y las videollamadas. Sin embargo, el problema con el que nos encontramos en ese momento, fue que, como hasta entonces no había hablado verbalmente con ninguno de sus compañeros de clase, se le complicaba mucho a la hora de poder comunicarse con ellos. 

¿Qué decir? ¿Cómo decirlo? ¿Qué preguntar? ¿Cómo hablarle a la otra persona? Todos interrogantes que le causaban mucha ansiedad, a pesar de estar predispuesto a grabar el mensaje. Se sentía muy inseguro y se quedaba en blanco, sin saber qué decir, por lo que, en ocasiones, había que grabar el vídeo varias veces hasta que lograba un mensaje claro y fluido.

» Luz, cámara y acción » Trata de enseñar al niño habilidades de comunicación y empatía para aprender a socializar y reducir sus niveles de ansiedad frente a sus nuevas interacciones sociales.

El Método del Sapo Zen

¿Cómo crear empatía con otra persona?

En un principio, con los primeros vídeos, éramos nosotros, sus padres, los que sugeríamos temas de conversación, lo que podía preguntarle o contarle a algún amiguito, sobre todo apoyándose en algún juguete que le gustara mucho y le quisiera mostrar. Porque, además, en numerosas ocasiones Gael comenzaba a hablar, pero de personajes o videojuegos o algún juego que su interlocutor no conocía, por lo que, la otra persona perdía el interés por escucharlo y no contestaba sus mensajes o simplemente respondía con un “gracias por tu mensaje, te mando un saludo”, sin dar pie a un diálogo más allá de esa primera interacción. Eso sumado a su acento argentino muy marcado, con palabras que en España no siempre se conocen, con lo cual sus compañeros de escuela en muchas oportunidades no entendían determinadas palabras que nuestro hijo decía y que, para Gael, sin embargo, eran totalmente naturales.

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Esto era un obstáculo que le debíamos ayudar superar, ya que con todo el esfuerzo que le suponía grabar un vídeo delante de la cámara y enviarlo, si luego no recibía la respuesta esperada o con un interés por parte de la otra persona, Gael se frustraba y no queríamos que termine abandonando por la desilusión o por no sentirse correspondido. Buscando información de diferentes fuentes en internet, fuimos aprendiendo un poco sobre cómo ayudarlo en la parte de asertividad empática con diferentes técnicas que ayuden a nuestro hijo a despertar el interés de interacción de las personas con las que él se quería comunicar.

 

Técnicas de asertividad empática

1- Visualizar a la persona a la que le iba a enviar un mensaje en vídeo y pensar qué cosas le gustan, cuáles son sus intereses, a qué le gusta jugar, etc. y buscar un interés común entre ambos (jugar a coches, armar pistas, construir con Lego, juegos de mesa, o cualquier otro tema que tuviesen en común y, sobre todo, que ambos conocieran).

2- Armar una especie de guión con lo que le quisiera transmitir, mostrarle ante la cámara algo que sabía que iba a causar interés, invitarlo a jugar a casa cuando se pudiera, incitarlo a que también el otro niño le muestre algo o terminar haciendo alguna pregunta para incentivar una respuesta y se pudiera entablar una conversación, un ida y vuelta de los mensajes. Esto generó una gran alegría en nuestro peque, porque esperaba expectante la contestación de su amigo y obtenía en pocos minutos esa respuesta tan ansiada, a lo que enseguida ya quería replicar con otro mensaje, y así sucesivamente.

3- El próximo paso era introducir en la conversación sus propios intereses, más personales y la mejor forma de hacerlo era que los presentara a modo de historia para cautivar a su interlocutor y que se interesara por lo que contaba. Por ejemplo, Gael quería relatar y hablar de sus personajes favoritos de un videojuego que se llama Mario Rabbits, entonces la idea era que no hable directamente de ellos, porque sus compañeros no los conocían, sino que explique un poco qué es el Mario Rabbits, de qué trata el juego, presente a los personajes y sus poderes, etc. Es decir, que cuente una historia, usando un qué, un por qué y un para qué. Y culminar diciendo que le gustaría que jueguen juntos o invitarlo a casa a jugarlo. Así, la otra persona podía entender todo lo que Gael decía, le daba curiosidad, mostraba interés y, por consiguiente, devolvía el mensaje con preguntas o también hablaba sobre ese tema y se generaba un feedback, un diálogo muy bonito entre ambos niños.

¿Para qué nos ha servido trabajar la asertividad empática?

Esto nos sirvió de mucha ayuda, puesto que nuestro hijo, al estar tanto tiempo sin comunicarse verbalmente con sus compañeros no tenía habilidades sociales. Aprendió a interactuar de manera más natural, fluida, a gestionar mejor sus relaciones comunicacionales, a relacionarse haciéndose entender y que algo que quisiera contar se transformara en un diálogo, donde hubiese interés por ambas partes.

Siempre, antes de realizar estos vídeo mensajes, se ponía bastante ansioso, nervioso, por lo que, recurríamos al sapo sabio, el Sapo Zen, para que lo ayude a calmarse, respirar hondo, y bajar los niveles de ansiedad, para luego grabarse contando todo lo que quisiera, de manera más tranquila y sin trabarse o bloquearse al querer hablar. Un trabajo continuo, día a día, sin prisa, pero sin pausa, que fue dando sus frutos con el correr del tiempo, ya que a medida que iban pasando los días, nuestro peque se sentía cada vez más cómodo, más suelto, desinhibido, y eso se le notaba ¡y mucho!, no solamente en su manera de hablar sino en el volumen de su voz, en sus gestos, en la disminución de la rigidez de su cuerpo.

Boy Wearing Red, Brown, and White Stripe Sweater Running Photo

,Después de superar este objetivo ya estaba preparado para el próximo desafío: una vídeo llamada, ¡en directo! Durante las primeras, le costaba mantenerse quieto en un mismo lugar, mirar a la cámara, no salirse del foco y concentrarse en lo que decía, parecía que habíamos vuelto un paso atrás. Sin embargo, poco a poco fue bajando su ansiedad y nerviosismo, hasta lograr una llamada en vivo, que realmente logró disfrutar, con sus amigos, incluso jugando a través de la pantalla del teléfono a juegos de adivinanzas, contarse chistes, etc. Llamadas que se convirtieron en un pilar fundamental para que luego pudiera hablarles personalmente, cuando ya se podía salir a la calle después del confinamiento y se encontró con sus compañeros de escuela cara a cara y ¡consiguió hablarles con su voz! Una alegría inmensa, tanto para él como para nosotros..

Descargo de responsabilidad

Aclaramos que esto NO sustituye de manera alguna un tratamiento psicoterapéutico para el MS y otros trastornos de ansiedad.

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